Cirugía Reparadora Facial

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Cabeza y cuero cabelludo

De nuevo hay muchísimas causas que pueden provocar lesiones en la cabeza que acaben afectando al cráneo o incluso al cerebro o que simplemente provoquen cicatrices visibles en las que se pierda el pelo.

Traumatismos y cánceres sobre el cuero cabelludo, y complicaciones tardías de los mismos o de cirugías previas pueden dar lugar a grandes defectos de curo cabelludo que acaban por exponer el hueso del cráneo. SI no se reconstruye el defecto, el hueso se desecará, necrosará y finalmente las meninges acabarán siendo afectadas. Ejemplos de situaciones traumáticas graves del cuero cabelludo son:

  • Defectos extensos de espesor total del cuero cabelludo. Dejan expuesta una área importante de hueso craneal. Urge por un lado mantener el hueso húmedo para que no se necrose y cubrirlo con tejido sano.

    • Trepanaciones y granulación. Es un procedimiento que consiste en pequeñas perforaciones parciales de la calota craneal para que desde la capa esponjosa se cree tejido de granulación (tejido sano) que salga por los orificios y cubra toda la zona expuesta. Luego se repara ésta con injertos cutáneos de espesor total.
       
    • Colgajos. De un tejido que se llama galea (está entre el cuero cabelludo y el cráneo). Se puede levantar un gran colgajo de este tejido y rotarlo para cubrir el defecto. O bien se pueden utilizar colgajos cutáneos vecinos SIN incluir la galea que quedará para cubrir la zona donadora.
       
    • Expansores tisulares. Mientras se mantiene el hueso húmedo y cubierto, se puede expandir la piel vecina para en unos 2 meses movilizar la piel y cubrir el defecto.
       
    • Injertos óseos o placas. Cuando hay un defecto óseo conviene repararlo pero siempre que se pueda cubrir completamente con tejido sano bien vascularizado.
       
  • Defectos superficiales del cuero cabelludo. Las heridas que solo afecten al cuero cabelludo, sin exponer el hueso craneal y las secuelas cicatriciales van a provocar alopecias (falta pelo) parciales o totales. Al contrario de lo que pasa con las alopecias genéticas del varón, que pueden corregirse o disimularse con injertos de pelo, en este tipo de alopecias llamadas cicatriciales hay que recurrir a expansores tisulares y colgajos de cuero cabelludo que aporten pelo al defecto.