Desgraciadamente, cualquier defecto, por pequeño que sea, cuando es en la cara, afecta de manera inmediata la forma en que nos vemos y la forma en que nos ven. Lo que para una persona es un defecto imperceptible, para otra es insufrible. Desde principios del siglo XX la cirugía plástica nació para rehabilitar las caras de los soldados que volvían de la guerra de trincheras con sus rostros desfigurados. Desde entonces la cirugía plástica y luego la estética han estado evolucionando para tratar la mayoría de defectos mayores o menores, de nacimiento o a consecuencia de accidentes, quemaduras o cáncer. Todos tienen su propia forma de tratamiento. La cirugía en diferentes estructuras como piel, músculos, nervios o huesos faciales restauran la simetría y la armonía de formas. |